Raúl experimenta con un tubo de pegamento.
El pasado domingo fue sacada a la luz la noticia de
un pequeño, obediente y responsable niño llamado Raúl.
Raúl se encontraba en su habitación cuando de
repente se le ocurrió la maravillosa idea de coger el tubo de pegamento y echárselo
en los labios. Asustado al ver que no podía despegar los labios, bajó corriendo
al salón a decírselo a sus padres que al verle tan agobiado le preguntaron:
-¿Qué te pasa Raúl? Raúl no podía contestar ya que tenia los labios pegados y
sus padres al darse cuenta le llevaron corriendo al hospital. Al llegar allí,
les atendió un medico bastante simpático que al verle exclamó: -¡Qué barbaridad,
este niño debe de ser un poco travieso!, pero el médico muy amable aplicó una
pomada en los labios de Raúl y éstos se despegaron. Raúl y sus padres volvieron
a casa muy contentos.
Tras este gran susto, Raúl tuvo que prometer a sus
padres que jamás volvería a desobedecerles, y como se arrepintió de corazón,
sus padres por haber sido la primera vez que hacía una trastada de ese tipo, no
le pusieron ninguna penalización.